jueves, 21 de noviembre de 2013

Avishai Cohen with Strings

Auditorio de Zaragoza, Sala Mozart. 20 de noviembre de 2013

A veces la música te sitúa en esferas tan lejanas que es necesario el estruendo de un aplauso para devolverte a la realidad. Quedas por un momento atontado, mirando a tu alrededor y ves ahí abajo, sobre el escenario, una formación atípica en un concierto de jazz, compuesta por un cuarteto de cuerda, oboe, contrabajo, batería y piano. Dicen que este estilo de música, el jazz, es una música viva porque siempre está en constante evolución. No distingue el blanco del negro, judío de caribeño, español de libanés. Sin embargo, es necesaria una mano maestra para darle forma y añadir la cantidad justa de cada ingrediente, unida a una pizca de genialidad, la cual te convierte en un músico único e inconfundible. 

Avishai Cohen tiene todas estas cualidades y anoche lo volvió a demostrar en Zaragoza, dos años y medio después de su última visita. En esta ocasión vino a presentar su nuevo proyecto with Strings, "con cuerdas", donde ha dado un paso más allá en su afán por añadir timbres a su rica música. Esta magia la ha plasmado en un disco dedicado a su hija Almah, de título homónimo. La niña tiene poco más de un año y por lo que contó Avishai en una de sus intervenciones, le encanta ver a su padre tocar el contrabajo (y a mí, también). 

A lo largo del concierto fue desgranando algunas de las piezas que componen este trabajo, bien escoltado por su banda, a la cual le dejó protagonismo en no pocas ocasiones, especialmente al pianista Nitai Hershkovits y al oboe y corno inglés Yoram Lachish, que demostraron ser unos auténticos maestros en sus instrumentos. Gratamente sorprendente resultó ver a un joven de 19 años en la batería, Ofri Nehemya, un auténtico talento que si con su edad ya tiene un dominio absoluto del instrumento, no soy capaz de imaginar hasta dónde llegará en el futuro. Sin duda, habrá que estar atentos a su evolución. 

También hubo tiempo para recordar viejas canciones como "Morenika" -interpretada a dúo con la cellista Yael Shapira- o "Puncha Puncha" -preciosa revisión de una pieza que ya publicó en su álbum "Gently Disturbed"- y por supuesto, no faltó su aparición en solitario con el contrabajo, donde nos deleitó con "Alfonsina y el mar", gracias a la petición de una espontánea entre el público, tal vez la versión más bonita y delicada de este clásico. 

Fue una noche que quedará en la memoria de todos los que asistimos al concierto, pues las ovaciones resonaron estruendosas a pesar de que no había un gran aforo, demostrando que la comunicación entre público y músicos fue totalmente fluida. Avishai Cohen es magia, amigos. Véanlo en directo alguna vez en su vida, o al menos, escuchen su música.