Cuenta el trompetista Christian Scott que "K.K.P.D." (Ku Klux Police Department) fue su forma de canalizar los sentimientos que había experimentado cuando, conduciendo su coche de regreso a casa tras la celebración del Mardi Gras, fue obligado a pararse por un coche patrulla de la policía.
Scott detuvo el motor, puso sus manos tras su cabeza y de repente sintió el frío tacto de una pistola en su nuca. Entonces escuchó la voz de uno de los agentes: "Baja tus manos y apaga el motor". Scott, asustado, respondió: "Pero el motor está apagado y si bajo las manos, me dispararás".
El policía prosiguió en un tono duro y desagradable: "Sal del coche y bájate los pantalones, negro. Si no, tu madre irá a identificar tu cadáver al tanatorio". Scott tuvo que soportar las amenazas racistas y las humillaciones durante un buen rato hasta que al final no pudo más y explotó: "Si vas a matarme, hazlo lo mejor que puedas, porque si lo intentas y fallas seré yo el que hará todo lo posible por matarte a ti".
Los policías siguieron jugando un rato con el trompetista hasta que finalmente le permitieron marcharse a casa. Tembloroso, encendió el motor y mientras se alejaba vio a los dos agentes riendo a un lado de la carretera.