domingo, 7 de febrero de 2010

La verdad

Nació casi por equivocación y murió por puro afán. No intenten saber quién es pues se sorprenderían. Solía caminar bordeando el acantilado mientras silbaba una melodía tétrica, observando más abajo las olas del mar rompiendo furiosamente en la piedra. Llevaba las manos metidas en los bolsillos, pues creía conservar así mejor el equilibrio al tiempo que oteaba el horizonte en busca de la verdad.

Esta verdad le dejó patidifuso cuando la descubrió al resbalarse y caer por el precipicio. Pudo vislumbrarla por unos instantes antes de que su cuerpo impactara violentamente contra el encrespado océano.

Sólo entonces fue capaz de comprender.

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