miércoles, 20 de octubre de 2010

A mi Madre

A veces tienen que ocurrir hechos trascendentales a tu alrededor para que te des cuenta de lo poco que vale esta vida, de lo fácil que es marcharte a nada que el envite sea un poco más fuerte. Sin embargo, también existen los pequeños avisos que te hacen reaccionar y ponerte frente al mundo con toda su crudeza. Cuando los seres que te han traído a este planeta y a quienes debes prácticamente todo lo que tienes sufren algún percance serio, te percatas de que ellos te van a acompañar durante una gran parte de tu vida, pero no siempre y debes por ello aprender todo cuanto puedas de sus enseñanzas, de su ejemplo, de su amor infinito.

Ahora que momentáneamente somos tres en un hogar formado normalmente por cuatro, se observa el hueco que en otros momentos parece inapreciable. A pesar de los reproches y las malas caras que a veces se muestran, el amor de una madre es atemporal, eterno, inacabable. No hay otro sentimiento más puro en este mundo ni en otros que puedan existir, pues un hijo, para su madre, es el fin último de su vida, el auténtico significado de su existencia y de eso los hijos, a veces no nos damos cuenta. Pero en el fondo somos conscientes y aún más cuando nos encontramos lejos de ella, cuando estamos perdidos en el duro camino de la vida, cuando ella se ausenta por unos días...

Pase lo que pase, ella va a estar para recibirnos en sus brazos, esos brazos que un día nos tuvieron completamente agazapados, cuando apenas medíamos cincuenta centímetros y nos encontrábamos solos y desprotegidos ante la vida que nos recibía.

Por eso son tan importantes. Porque nunca, jamás, never, jamais, van a dejar de amarnos.

Mejórate pronto, MAMÁ.

5 comentarios:

  1. Hola Galip! me siento identificada con la reflexión que haces en esta entrada. Me gusta como lo expresas. Sin duda, el amor de una madre es único.
    Espero que tu madre se recupere pronto:)
    Un saludo!

    ResponderEliminar
  2. Me sumo a Ana Belén. También deseo que pronto esté bien.

    A menudo no entendemos que "inconveniencias" que nos dicen nuestras madres no son sino expresiones de amor. Si quieres, echa un vistazo a lo que escribí a este respecto hace unos meses:
    http://polizonynaufrago.blogspot.com/2010/07/los-mantras-del-amor.html

    ResponderEliminar
  3. Muy buena tu entrada, Rafael. Me encantó. ¡Un abrazo fuerte!

    ResponderEliminar
  4. Deseo lo mejor para tu mama y porsupuesto una pronta recuperacion.
    Te felicito. Una entrada excelente.
    Un abrazo, compañero.
    Ricard

    ResponderEliminar
  5. Nos ha gustado mucho tu reflexión hacia tu madre y nos sumamos de manera muy especial a las muestras de cariño y ánimo para su pronta recuperación.
    Todos los hijos necesitamos de una madre no solo de su cariño y amor incondicional sino también de esas regañinas tan especiales que sólo ellas pueden hacer que reaccionemos y nos pongamos las pilas ante la vida.

    Un abrazo de toda la familia Urrutia Vitores.

    ResponderEliminar