miércoles, 2 de febrero de 2011

Jazmines revolucionarios

Parecía una chispa al principio, pero se ha convertido en un incendio de dimensiones todavía inimaginables. Cuando prendió fuego a su cuerpo, Bouazizi no era consciente del acontecimiento histórico que estaba iniciando. El sacrificio de su propia vida ha provocado una reacción en cadena, haciendo que millones de personas hartas de las dictaduras encubiertas que reprimen su libertad, tomen las calles para exigir un cambio en el rumbo de sus destinos, luchando por un futuro próspero y un trabajo digno con un salario que les permita vivir con cierta solvencia. No buscan grandes lujos, sino una situación de bienestar a la que todos los seres humanos deberíamos tener acceso.

Egipto centra estos días la atención de medio mundo, protagonizando las portadas de todos los periódicos -tanto en papel como en la red-, telediarios, emisoras de radio y un buen número de blogs y redes sociales, que se están imponiendo como la forma más rápida y directa de transmitir a los cuatro vientos lo que acontece en momentos tan importantes como este. Túnez parece haber pasado a un segundo plano, pero continúan ocurriendo importantes acontecimientos como la detención del ministro de Interior que causó la muerte de 210 civiles debido a la actuación desproporcionada de las fuerzas del orden.

Yemen se prepara para una multitudinaria manifestación mientras su "presidente" anuncia que se mantendrá en el cargo hasta las próximas elecciones, a las que no se presentará. Flaco favor hacen estos dictadores a sus países que tanto aman, pues no conseguirán sino aumentar la tensión entre la abrumadora mayoría de detractores de su régimen, una mayoría pacífica y desarmada y una minoría de fieles que actúan con total violencia e impunidad, amparados por unos líderes que ya han perdido las riendas del gobierno, pues cuando el pueblo se alza ningún enemigo es lo suficientemente poderoso como para acabar con él. El ejército egipcio de momento se niega a intervenir, pero es cuestión de tiempo que inicien acciones contra los partidarios de Mubarak que desde hoy han comenzado a sembrar la violencia injustificada en las calles de El Cairo. Tahrir es el nombre de la plaza que será recordada como el fuerte de los libertadores, el lugar donde fue derramada la sangre de un pueblo que ansió la libertad hasta conseguirla.

En Jordania soplan también vientos nuevos con las protestas que recorren todo el país. El rey Abdalá II se ha visto obligado a renovar el ejecutivo pero las demandas de los manifestantes van por otros derroteros más democráticos. Desean poder elegir a sus representantes parlamentarios, así como al primer ministro, algo que hasta ahora puede realizar el rey a su antojo. Además, no hemos de olvidar que las reivindicaciones fundamentales en todos los países afectados por las revueltas son básicas: rebajas en los precios de productos básicos, trabajo, libertad de pensamiento, acceso a una vivienda digna... En fin, cosas que a nosotros nos parecen inimaginables pero que al paso que vamos no tardaremos mucho tiempo en demandar.

Observemos expectantes el devenir de la situación en estos países. Respetemos la elección que tomen siempre y cuando sean consentidas por el pueblo. Celebremos el despertar necesario de estos millones de seres humanos que merecen vivir con dignidad porque como cantaba aquel que ya se fue:

"Habrá un día en que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga Libertad"


*Necesitaba poner un poco en orden mis ideas con toda la información que mi mente recibe estos días. Todavía me queda mucho por reflexionar pero como primer paso y la hora que es, creo que ya basta. A la próxima, más.

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