miércoles, 16 de marzo de 2011

Descripción de un sueño

El equilibrio era frágil. Un simple soplo de aire habría bastado para deshacer el sonido emitido por sus labios. Aire que se filtraba entre los dientes. Las lenguas húmedas otorgaban el sabor intrínseco a las bocas, mientras los ojos cerrados no dejaban penetrar la luz más allá de los párpados. Pero no era necesaria. Cuando la sombra es total, únicamente el beso ilumina hasta el alba y las manos descubren suavemente el tacto cálido de la piel amada. Los cuerpos jugueteaban entremezclándose en una danza ritual, mientras la pureza de una música centenaria ocupaba el habitáculo. Stravinsky había compuesto aquella pieza para ellos, obviando el verdadero pretexto para el que le había sido encomendada, quebrando esa ley que niega la posibilidad de desplazarse en el eje espacio-temporal pues era consciente de estar componiendo para dos futuros amantes cuyos progenitores todavía no habían sido concebidos.
Disfrutaban inventando estas y otras historias después de hacer el amor, cuando el esfuerzo les había dejado exhaustos y él la acariciaba reconociendo, sin mirar, cada curva. La ceguera que padecía había sido compensada con un tacto sensible, un olfato agudo, un gusto exquisito y un oído absoluto. Por ello, el retrato concebido de su amada era fiel al real. Ella sonreía y apoyando su cabeza en el brazo extendido de su hombre se quedaba dormida, permaneciendo en sus oídos durante toda la noche aquel viejo vals de Satie.

2 comentarios:

  1. ¿Para todo esto te da un viaje en el 50? :)

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  2. Delicioso!!! A la música se añaden las texturas tan delicadas de la suavidad de la piel y el perfume de los sueños, todo un universo emocional en 19 líneas, Wooow Galip Bey!.
    Un abrazo.

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