martes, 1 de marzo de 2011

Descubriendo el Universo

Me preguntaste de dónde surgió esa estrella. Es el producto de un arduo proceso que tiene lugar en una nebulosa, zonas del universo en las que el hidrógeno y el helio dan lugar a inconcebibles y lentísimas reacciones, grandes cataclismos para dar vida a una estrella. No creas que son obra de ningún dios, eso son antiguos mitos que los seres humanos inventaban para explicar cuanto tenía lugar a su alrededor. Todavía hoy agrupamos las estrellas en constelaciones con nombres de diferentes mitologías, para nosotros especialmente la grecorromana. Ahí puedes ver Orión, el cazador. En el centro se encuentran tres estrellas en línea, es su cinturón y más abajo otras tres estrellas de las cuales la del centro es la M-42, una nebulosa en la que constantemente se forman nuevas estrellas.

Eres muy curioso, pequeño. La M del nombre de la nebulosa era la letra inicial del apellido de un astrónomo francés llamado Messier, que se dedicó a la búsqueda de cometas durante toda su vida. Todos aquellos objetos estelares que encontraba los catalogaba en un extenso inventario y hoy día conocemos buena parte de los cúmulos, nebulosas y galaxias gracias a él.

Esa pregunta es difícil de responder. Hay muchos científicos trabajando en ello, muchos cosmólogos investigan cada día el universo tratando de encontrar una explicación racional a todo esto. Tenemos muchas leyes físicas que explican buena parte del funcionamiento de este gran complejo pero aún quedan interrogantes por resolver. Sin embargo, el progreso de las tecnologías así como el ahínco de muchos hombres por saber y buscar más allá de explicaciones dogmáticas nos han demostrado que aquellos mitos que aún muchos creen y otros ya olvidados no eran y son más que eso, mitos. No olvides que somos producto de una evolución que ha tenido lugar a lo largo de millones de años y que muchas otras especies poblaron este planeta antes que el ser humano. Debemos considerar nuestra inteligencia como parte de ese proceso evolutivo, pero en esencia somos una parte más de este planeta.

Así que, hijo mío, preocúpate únicamente de ser feliz sin temer que nadie te vaya a castigar salvo tu padre cuando te portes mal, aunque eres un niño muy bueno. Procura tratar siempre bien a todos cuanto te rodeen y sé una buena persona. Mantén tu mente siempre abierta a otras culturas y otras mentalidades, pues los humanos cambiamos mucho según de dónde seamos y hay que saber adaptarse a cada lugar.

Ahora, volvamos a casa. Hace mucho frío y te vas a poner pachucho.

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