martes, 20 de julio de 2010

Conclusiones tras el regreso

Me encontré con cientos de sabores. No podía distinguir más allá del picante al principio, pero poco a poco fui aprendiendo a diferenciar el gusto oculto más allá. Al principio resultaba complicado hallarlo entre el tráfico pesado del Distrito Federal. Millones de autos circulando a tu alrededor mientras tratas de checar la información recibida por tus sentidos es una tarea harto difícil. Parecía más bien un trabajo propio de expertos culinarios, de los mejores enólogos, de seres capaces de saborear hasta el último término cualquier tipo de sensación.

Sin embargo, el secreto se encontraba en un lugar mucho más cercano. No era necesario explorar avenidas infinitas, puestos de tacos y quesadillas o restaurantes en los que servían las mejores enchiladas del país. No era necesario adentrarse en iglesias barrocas coloniales, en enormes museos llenos de conocimientos y obras de arte precoloniales. No hacía falta explorar los rincones más místicos de la antigua Tenochtitlan, las cavidades donde los dioses Nanauatzin y Tecuzitecatl se inmolaron para dar lugar al Quinto Sol y a la Luna respectivamente, allá donde los teotihuacanos edificaron algunas de las pirámides más sobrecogedoras del planeta, uno de los lugares donde de manera más pura se puede sentir el poder de los aztecas no se encuentra el tesoro mejor guardado del México actual.

Para hallarlo es necesario recorrer los corazones de sus gentes, abiertos a todo cuanto viene del exterior, dispuestos a proporcionarte lo mejor de cada uno de ellos. Son seres insuperables, capaces de hacerte olvidar por completo tu vida en esta ciudad tediosa y aburrida, en esta ciudad de mierda llamada Zaragoza. Gentes divertidas, amables, afables, entregadas, prestas en todo momento a hacerte sentir bien, feliz, padre, chido. No importa el método. Bien con pura sinceridad, con total simpatía acompañada de la embriaguez del tequila o de unas chelas. Sólo ellos pueden provocar en ti ese deseo de no abandonar jamás este país.

Por todos estos momentos vividos estos días y por los que aún nos quedan, muchísimas gracias a todos. Desde el DF hasta Guadalajara, desde Puebla hasta León, desde Aguascalientes hasta Puerto Vallarta. Vosotros habéis hecho que ame este país con total entrega. Habéis logrado sembrar en mí unas ansias imparables por volver muy pronto a visitaros.

Por todo ello,

GRACIAS

6 comentarios:

  1. No son visitantes, Mexico es su casa! :] bienvenidos cuando quieran,...!

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  2. Qué bonito, Dani.



    M A S T Ú R B A T E !!!!!!

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  3. Menudo viajecito te has pegao!!!
    El que ama los lugares que visita siempre tiene las puertas abiertas.
    Me temo que volveras en cuando puedas.
    Un abrazo, compañero.
    Ricard

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  4. a toda madre tu redaccion y tu forma de pensar acerca de MEXICO, gustazo en conocerlos... GUILLERMO FONSECA

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  5. Galip, hola! Te diré mejor Bey para recordar el nombre Kemal Bey de la novela que estoy leyendo, El museo de la inocencia.
    Bueno, tu texto es lindo, sólo que pensé que hablarías de los sabores de México, el picante a qué sabía, el mole cuántos ingredientes lograste identificar-creo que llevat como 30-, ¿Estuviste en el metro, probaste las gorditas que venden en las calles?... en fin, la ciudad de México es una selva exótica, México, mi país del que muchas veces reniego por los malos y corruptos gobernantes así como la delinciencia, adoro y aprecio a la gente netamente mexicana, a la cálida, la entregada, trabajadora, la de gran corazón y que día día lucha por salir adelante. Conociste Puerto Vallarta, también me gusta, es un puerto 100% turístico, tiene su encanto, es muy nocturno y lo visita mucho extranjero, Puebla es lindo, muy colonial; León es industrial, debíste conocer la capital, Guanajuato,seguro te hubiera encantado; Guadalajara también es hermosa, es una ciudad grande y con mucha gente guapa.

    La vida en la costa siempre es más agradable y la gente más sencilla y cálida.
    Siempre existe diferencia de un lugar a otro, por ejemplo, en Manzanillo cuya capital es Colima, con distancia de 1:15 min por carretera, la gente es totalmente distinta, pero en realidad, lo acepto, Méxito tiene magia por su gente- y no sor argentina-.

    Saludos.

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