miércoles, 7 de abril de 2010

Desengaño ecológico

Caía la falda hasta sus pies. Mecida por el viento, permitía atisbar entre los tirabuzones la blancura de sus piernas. Permanecía erguida, absorta en la contemplación del agua que discurría bajo su mirada. Había perdido la noción del tiempo y el espacio, creyendo hallarse ante el momento justo de su nacimiento, el surgimiento de la vida, el milagro de la creación. Cerró los ojos y sólo escuchó el susurro líquido del río. Trató de discernir las palabras ininteligibles a medida que su cabeza iba quedando vacía de todo pensamiento. Fue entonces cuando comenzó a sentir su oscuro cabello agitarse animado por la brisa que le acariciaba. Se dejó llevar hacia playas inventadas, bosques olvidados y estepas lejanas. Decidió recorrer selvas aún vírgenes, praderas floridas en primavera y valles regados por aguas de un azul puro. Se sumergió en el océano, deleitando su mirada con arrecifes imposibles, colores jamás vistos por sus ojos y criaturas majestuosas. Surcó el cielo todavía azul, para llegar donde habitan los pigmeos africanos, allende hombre y naturaleza son aún conjunción en perfecta armonía. Fue capaz de concebir la idea de un mundo en equilibrio ecológico.

Entonces despertó alterada por el ruido de un motor que se encendía a sus espaldas. Hubo de olvidar todo cuanto había imaginado y volver a caminar las calles de la ciudad donde habita. Tosió debido al humo que desprendió el tubo de escape de aquel coche al arrancar y su ceño se frunció al observar en el cielo la infinita nube negra exhalada por la espigada chimenea de la factoría. Se percató entonces de que todo había sido un sueño y el río que creyó ver teñido de azul, no era más que un arroyo en el que la basura se amontonaba sin que nadie pusiera impedimento alguno.

Cerró los ojos y lloró.

1 comentario:

  1. Pobre muchacha, ilusa en sus pensamientos. Tendría que haberse quedado para siempre ahí dormida, ante ese río. Ilusa como ella misma. Pero claro, sólo sería una loca. Mucho me temo que esos equilibrios ecológicos, esos paisajes inalterables, esas estepas, esos... sólo serán ya posibles en una historia, en un relato, en un pensamiento...

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