miércoles, 23 de diciembre de 2009

Terapia

Es duro curar el mal de amores, pero peor es aceptar la derrota al darse uno por vencido ante los ojos del destino. Desde aquí quiero hacer un llamamiento a todos aquellos que se encuentren en una situación de desamparo. Deseo hacer por todos una campaña en favor del amor entre todos los seres humanos. Ya es momento de saborear con nuestro paladar el verdadero significado del amor.

Es la hora de que todos y cada uno de nosotros santifiquemos tan puro sentimiento, pues es propio de nosotros, los seres humanos, demostrar nuestro amor por los seres que habitan a nuestro alrededor.

Hemos de ser tolerantes, solidarios y conscientes de nuestra gran labor humanitaria. Debemos derribar los muros entre pueblos y religiones, entendiendo de veras la unidad de nuestra especie. Si no recapacitamos ahora corremos el riesgo de entrar en una guerra ideológica de la que no nos hallamos tan lejos, destruyendo gran parte del legado cultural heredado de nuestros antepasados.

Alcemos nuestra vista hacia un nuevo horizonte solidario, hacia un mundo que comprenda las necesidades biológicas de todos los entes vivos de este recóndito lugar del universo, pues a pesar de que nosotros nos consideremos muchas veces como centro del mundo conocido, constituimos una parte irrisoria al compararnos a gigantes rojas, nebulosas o grandes cúmulos de galaxias.

Tenemos el deber de conservar este pequeño planeta. No lo olvidemos

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